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Sencillez, perdurabilidad, versatilidad, originalidad. Estas cuatro son, quizá, las características fundamentales que debe reunir un buen logotipo. Diseñar uno no es tarea fácil,y por ello es necesario no perder de vista en ningún momento estos factores.

 

 

Sencillo. Un logotipo debe ser sencillo. Véase, por ejemplo, Nike. ¿Qué puede haber más simple y a la vez más identificable que su famoso trazo? Complicar el diseño con elementos innecesarios puede hacer que se desvíe la atención de lo que realmente importa y que se pierda interés e identidad de la marca. Un buen logo, si es simple, es dos veces bueno.

Perdurable. Un buen logo de marca debe perdurar en el tiempo, no debe caducar nunca. Puede ser renovado, pero sin perder nunca su esencia. El de Coca-Cola, por ejemplo, apenas ha sufrido modificaciones a lo largo de su ya prolongada historia. Y sigue siendo inconfundible y a la vez, actual.

Versátil. Hay logos preciosos sobre un trozo de papel que después son imposibles de trasladar a un espacio web o a un cartel publicitario. Un buen logotipo debe ser versátil, es decir, tener la capacidad de adaptarse a cualquier escenario, ya sea una camiseta, una tarjeta de visita o el encabezamiento de una nota de prensa. Por tanto, el formato, es también un punto a tener muy en cuenta.

Original y único. Un logotipo nunca debe recordar a otra marca o empresa, sería el fin de la firma a la que representa. Un logotipo debe ser único y original, y nos debe llevar a pensar inmediatamente la marca a la que representa.

Junto a estos cuatro principales puntos, por supuesto, el logotipo debe reunir los valores que la empresa representa, debe identificar la personalidad de la marca. Si es seria y profesional; si su matiz es divertido y lúdico; si es infantil o educativo; o si se trata de una empresa deportiva. Los colores, las formas, el contenido deben tener un resultado, en suma, que dé lugar a ese conjunto de valores de la empresa en cuestión. Todo, sin perder las cuatro características citadas en primera instancia.

Es por ello que diseñar un logotipo consta de un trabajo previo de estudio e investigación de marca que no se puede eludir. Es clave en esta fase inicial una comunicación muy fluida entre la dirección de la empresa, que deberá pormenorizar y detallar de forma muy concreta cuáles son los valores de ésta, y el equipo de diseño que se encargará de dibujar esos valores en una sola imagen, simple, perdurable, versátil y única.

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